Moral no es un niño asustado, en un rincón de las mentes.
Ni ética es algo del pasado, o una ruina que se pierde.
Moral y ética deben ser corona, que en las cabezas resplandezca, no joya pisada, sucia y olvidada, exhibida como algo extraño a la mirada.
Moral no es un simple disfraz, que desempolvado se use para ocultar.
No es ética un aro que se cuelga, en los oídos para adornar.
Moral y ética deben ser las simples ropas, que uno vista cada día, fina corona en las cabezas, y parte desarrollada del alma.
Javier R. Cinacchi
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